miércoles, 19 de enero de 2011

Lisandro Aristimuño. El heredero.


El songwriter rionegrino que ganó un Gardel 2010 le canta al amor y se la banca. (Nota de la última Rolling Stone).


Foto de Vera Rosemberg2010 no fue un año mas para Lisandro Aristimuño.

Ganó un premio Carlos Gardel por su último disco (el doble Las crónicas del viento), tocó por primera vez en el teatro Coliseo con entradas agotadas, presentó un proyecto audiovisual de electrónica ruidista (Cutralco, junto con su primo y colaborador Carli Arístide) y delineó un plan de autogestión y difusión estructurado sobre su propio sello, Viento Azul, y su programa de radio en FM La Tribu, Ese asunto suena raro, para difundir artistas nuevos de todo el país. "Es mi manera de devolver lo que la música me dio. Después de cada show, voy a una disquería y me compro diez o doce discos independientes. Lo hago por el artista, porque no me olvido de donde vengo y que fui uno de ellos en algún momento", dice el songwriter rionegrino.

Este ascenso de convocatoria lo gratifica, pero al mismo tiempo lo aflige un poco: "Me jode tener que subir el costo de las entradas para cubrir los gastos de producción. Por eso, en febrero hago dos fechas en el Centro Cultural Konex con tickets a precio híper-popular. La idea es que sea un mini festival con los artistas que quiero editar con mi sello". Aristimuño también sabe que la popularidad acarrea una manada de críticas y detractores, pero eso lo tiene más bien sin cuidado. "Me han dicho de todo", asegura, moviendo la cabeza de hombro a hombro. "Que compongo para levantarme minas, que soy un depresivo, o que hago canciones para emos, pero me chupa un huevo. Mi música llega al padre, al hijo adolescente y al bebé también. Yo hablo del amor y hay un prejuicio sobre eso. Quizás eso llega de parte de tipos que se ponen celosos porque a sus novias les gusta lo que hago porque lo que canto es como realmente soy. La sensibilidad es lo único que el sistema no puede agarrar, y me parece valioso hablar de cosas del amor", afirma él, echando mano al nuevo estereotipo de chico del interior. "Hay que ser valiente para mostrarse frágil, más en estos tiempos que corren."

viernes, 14 de enero de 2011

Luis Alberto Spinetta escribe poema para Gustavo Cerati.


El mítico músico argentino Luis Alberto Spinetta escribió un poema para Gustavo Cerati, quien sigue en estado de coma, luego de más de seis meses. La web oficial del ex líder de Soda Stereo publicó los versos que Spinetta le dedicó a Cerati.


Aquí el poema completo:


"Dios Guardián Cristalino de guitarras / que ahora / más tristes / penden y esperan / de tus manos la palabra / Precipitándome a lo insondable / tus caricias me despiertan a la vez / en un mundo diferente al de recién... / Tu luz es muy fuerte / es iridiscente y altamente psicodélica / Te encuentro cuando el sol abre una hendija / que genera notas sobre la pared sombreada / Y suena tu música en la pantalla / sos el ángel inquieto que sobrevuela / la ciudad de la furia / Comprendemos todo / tu voz nos advierte la verdad / Tu voz más linda que nunca”.

jueves, 6 de enero de 2011

INÉDITO: JOHN LENNON HABLA CON LA ROLLING STONE, TRES DÍAS ANTES DE QUE LO ASESINARAN: LAS CINTAS PERDIDAS.


Tres días antes de morir, Lennon habló durante nueve horas con Rolling Stone. Esas cintas estuvieron perdidas por treinta años... hasta ahora

"El 8 de diciembre se cumplieron treinta años del asesinato de John Lennon en Nueva York. En el momento de su muerte, Lennon estaba saliendo de un período de cinco años de reclusión con del lanzamiento de Double Fantasy, la obra maestra que acababa de terminar de grabar con su esposa, Yoko Ono. El único acontecimiento comparable que presencié en mi vida fue el asesinato de John F. Kennedy.
La muerte de John Lennon causó particular conmoción en Rolling Stone. John había compartido muchas de sus últimas horas con nosotros, dado que estábamos preparando una nota de tapa para celebrar su regreso a la vida pública. Tres días antes, nuestro reportero Jonathan Cott, la única persona además de mí cuyo nombre ha figurado en los créditos de la revista desde el primer número, de 1967, había entrevistado a John durante más de nueve horas. Cuando Jonathan, que conocía a John y a Yoko desde hacía años, llegó esa noche al departamento que compartía la pareja en el edificio Dakota, John parecía nervioso. "No te preocupes, es Jonathan", Yoko le dijo a John. "Está todo bien." Y con eso empezaron."
La noche del viernes 5 de diciembre de 1980, Lennon habló con Johnatan Cott durante más de nueve horas, en su departamento del Upper West Side de Nueva York y en los estudios Record Plant. Tres noches más tarde, Lennon sería asesinado cuando volvía a casa después de una sesión de grabación. Originalmente, la entrevista iba a ser la nota de tapa del primer número de 1981, pero luego del asesinato de Lennon, Cott escribió un obituario y finalmente utilizó muy poco material de sus conversaciones. De hecho, nunca transcribió por completo las grabaciones. En ocasión del trigésimo aniversario de la muerte de Lennon, presentamos por primera vez el texto íntegro de la última entrevista de Lennon para un medio gráfico importante: la gozosa, descaradamente divertida, audaz y subversiva conversación que Lennon tuvo con nosotros esa noche, mientras se preparaba para volver al candelero tras cinco años de vida privada con Yoko y el pequeño hijo de ambos, Sean.


"En toda mi carrera, sacando las aventuras de una noche con gente como David Bowie y Elton John, sólo elegí trabajar con dos personas: Paul McCartney y Yoko Ono. Yo traje a Paul al grupo original, The Quarrymen, él trajo a George, y George trajo a Ringo. Y la segunda persona que me interesó como artista, como alguien con quien podía trabajar, fue Yoko Ono. No elegí tan mal."

"Nunca dije que tenía el alma pura, ni las grandes respuestas. No puedo ponerme a la altura de las expectativas que la gente tiene de mí: son ilusorias."

"Todos somos muy egoístas, pero creo que los así llamados "artistas" son completamente egoístas. Pensar en Yoko, en Sean, en el gato o en cualquier otra persona que no sea yo, con mis subidas y bajones y mis problemitas, es algo que me genera tensión. Por supuesto, tiene sus recompensas y te da alegría, pero igual."

"De lo que me di cuenta cuando leí Lennon Remembers [la legendaria entrevista de John con Jann Wenner, de 1970] o la entrevista nueva de Playboy [realizada por David Sheff entre el 8 y el 28 de septiembre de 1980] es que me la paso quejándome de lo difícil que es componer o de cuánto sufro cuando escribo, al punto de que cada canción que compuse fue una tortura."

"A mí no me interesa que me sigan pequeñas élites que me reverencien. Me interesa comunicar lo que quiero decir de la manera más amplia posible y, según lo veo yo, el rock and roll es eso."

"No digo que el éxito como artista famoso y estrella no esté bueno, y tampoco digo que está buenísimo. Lo que nunca nadie entendió de "Working Class Hero" es que en realidad era una ironía, no tenía nada que ver con el socialismo, lo que significaba era: "Si querés recorrer ese camino, vas a llegar adonde yo llegué, y vas a ser esto". Porque tuve éxito como artista, porque fui feliz e infeliz, porque fui desconocido en Liverpool y en Hamburgo y fui feliz e infeliz. Pero Yoko me enseñó en qué consiste el verdadero éxito: el éxito de mi personalidad, el éxito de mi relación con ella y el chico, mi relación con el mundo... y en ser feliz cuando me despierto. No tiene nada que ver con que el rock sea una maquinaria o no."

"¿Qué mierda les pasa? Sólo les gusta la gente cuando se está yendo para arriba, y cuando llegan ahí no les queda otra cosa que cagarles encima. Yo no puedo irme para arriba de nuevo. Lo que quieren son héroes muertos, como Sid Vicious y James Dean. No me interesa ser un fucking héroe muerto. Así que olvidate, olvidate."

"Sí, cualquiera puede imitar a Ginsberg; y conste que a mí Ginsberg me gusta. Pero yo prefiero podar toda la retórica e ir directo al grano. Siempre intenté hacer eso, salvo en casos ocasionales como "I Am the Walrus". No me interesa describir un árbol. Me interesa treparme al árbol o en todo caso sentarme abajo."

"No fuimos los primeros en decir "imagínense que no existen los países", o "denle una oportunidad a la paz", pero al menos llevamos la antorcha, como la antorcha olímpica, pasándola de mano en mano, de país en país, de generación en generación... Esa es nuestra tarea."

"Quería ser un duro como James Dean todo el tiempo. Tuve que luchar mucho para dejar de comportarme así, y a veces todavía caigo en eso cuando me pongo nervioso o me siento inseguro. Vuelvo a caer en esa pose de chico callejero, pero me fuerzo a recordar que nunca lo fui en realidad."