Mick Jagger y Keith Richards recuerdan, cuatro décadas después, el proceso de grabación de una de sus obras cumbre y explican las particularidades de la nueva edición de lujo del clásico de la banda.
Los Rolling Stones, en plena grabación de Exile on Main St. Foto de Dominique Tarle.
En septiembre del año pasado, Mick Jagger se metió en un estudio de Nueva York para terminar una canción que los Rolling Stones habían dejado por la mitad hacía más de cuarenta años. "La grabación original era bastante pobre", dice Jagger sobre "Following the River", un temazo tremendo con reminiscencias gospel, que fue grabado durante las sesiones de Exile on Main Street, en 1969. "No tenía ni melodía ni letra, así que tuve que empezar de cero. Fue una tarea bastante ardua."
Para que Jagger se inspirara, el productor Don Was le hizo escuchar la pista de voz de "Shine a Light", el clásico de Exile. "Quería que cantara con ese mismo tono", dice Was. "Es notable lo poco que le cambió la voz."
El tema es una de las diez perlitas que se podrán escuchar por primera vez en la edición de lujo de Exile, que va a salir el 17 de mayo, y que incluye además una versión remasterizada del disco original. Cuando Universal, el sello de la banda, le propuso a Jagger la idea, el cantante tenía dudas al respecto. "Me preguntaron si había temas que no hubiéramos usado, y yo les respondí: «Lo dudo mucho»", cuenta Jagger. "«Además, no me dan ganas», les dije. Pero ellos insistieron: «Por favor, ¿no podrías fijarte?»." Jagger le encargó a Was, quien desde Voodoo Lounge, de 1994, produjo todos los discos de los Stones, la tarea de bucear en cientos de horas de grabaciones. "Para un fanático de los Stones como yo, fue un festival", sigue Was. "Me la pasé encontrando sorpresa tras sorpresa."
Las grabaciones eran terriblemente caóticas, y algunas datan incluso de tiempo antes de Exile. "De repente estaba escuchando una zapada blusera, y aparecía una versión de «Wild Horses» con Mick, Keith y un cuarteto de cuerdas", recuerda Was. "Otro carrete tenía todas las tomas de «Honky Tonk Women»". Antes de seleccionar el mejor material de Exile, Was se aseguró de inventariar todas las grabaciones piratas que fue capaz de encontrar. "Hay como un mercado negro con material de Exile, y quería darles una sorpresa también a ellos -dice-. Y no sólo mejores mezclas de un material que ya conocen."
"Following the River" es la única canción que tiene voces nuevas, aunque en otras ("Pass the Wine", "Plundered My Soul", "Aladdin's Story") fue necesario grabar pistas de guitarra adicionales o introducir otras mejoras. "Cuando grabé las partes nuevas, traté de no interferir con las viejas. Grabé un par de guitarras acústicas, pero quería respetar el espíritu original de las grabaciones." No fue necesario que el bajista Bill Wyman y el baterista Charlie Watts grabaran nada nuevo, pero Was no niega los rumores de que llamaron al guitarrista Mick Taylor, que dejó el grupo en 1974, para grabar algunas pistas. "No voy a decir que es mentira", dice Was. "Simplemente no voy a negar ni afirmar que ocurrió."
Además de las canciones rescatadas, hay versiones alternativas de temas de Exile, incluyendo una primitiva grabación de "Tumbling Dice", que tiene una letra diferente, y una versión de 1969 de "Loving Cup". "Es muy funky y cruda", cuenta Was. "En general, tomaron las decisiones correctas en el disco original, pero a lo mejor tendrían que haber usado esta versión."
La mayor parte del disco se grabó en el verano de 1971, en el sótano de Villa Nellcôte, una mansión que alquilaba Keith Richards en el sur de Francia. La banda había salido corriendo de Inglaterra para eludir las exorbitantes cargas impositivas británicas. "Nos sentíamos exiliados", dice Richards. "No encontrábamos un estudio en Francia que valiera la pena, y yo tenía esta casa enorme y un estudio de grabación móvil en un camión. Una vez que nos instalamos en el sótano, era imposible sacarme de ahí. Fue una manera muy distinta de grabar. Quizás sea por el cemento o por la tierra, pero tiene un sonido que es imposible de reproducir, aunque uno lo intente."
Cuando Was se puso a investigar las grabaciones, le sorprendió descubrir que las sesiones, que según la leyenda habían sido caóticas y llenas de drogas, hubieran producido tanta buena música. "Lo que cuenta la leyenda puede o no ser verdad, pero cuando bajaban al sótano a grabar el disco, se comportaban como una excelente banda de rock & roll; eran muy profesionales", argumenta. "El mito afirma que éste es un disco desprolijo, y la verdad es que no lo es para nada. Es un disco artísticamente muy sólido." Was también disipó el mayor de los misterios que rodeaban la grabación de Exile: si el visitante frecuente Gram Parsons había participado en el disco. Dice Was: "Yo no lo escuché en ningún lado, y eso que era una de las cosas que estaba buscando deliberadamente".
Un nuevo documental sobre la grabación del disco, Stones in Exile, saldrá al aire en breve, acompañando el relanzamiento. "Es en su mayor parte material de archivo", dice Jagger. "Hay cosas de [el documental nunca exhibido de 1972] Cocksucker Blues, un montón de voces superpuestas y algunas entrevistas actuales con nosotros, pero mayormente son cosas de esa época." Richards acaba de verlo por primera vez: "No sabía que había tanto material", afirma. "Fue una revelación para mí, tanto como para cualquiera."
¿Cómo siguen las cosas para los Stones? Richards asegura que está empezando a componer canciones, pero que "no hay planes definidos" para sacar un disco. Aunque dispara: "No me sorprendería si hiciéramos algo para fines de este año". Mientras tanto, está trabajando en unas memorias que van a salir en octubre, y Johnny Depp empezó a filmar hace poco un documental sobre el guitarrista. "La película cuenta la historia de mi vida, el pacto con el diablo y todo eso", cuenta Richards. "Es tan agradable charlar con Johnny que todo es facilísimo de hacer." Cuando se le pregunta por los recientes rumores que afirman que ha dejado la bebida, Richards se ríe. "Escuchame, los rumores sobre mis sobriedad son muy exagerados", termina. "Mejor dejémoslo ahí.".
El video del nuevo tema
Los Rolling Stones, en plena grabación de Exile on Main St. Foto de Dominique Tarle.
En septiembre del año pasado, Mick Jagger se metió en un estudio de Nueva York para terminar una canción que los Rolling Stones habían dejado por la mitad hacía más de cuarenta años. "La grabación original era bastante pobre", dice Jagger sobre "Following the River", un temazo tremendo con reminiscencias gospel, que fue grabado durante las sesiones de Exile on Main Street, en 1969. "No tenía ni melodía ni letra, así que tuve que empezar de cero. Fue una tarea bastante ardua."
Para que Jagger se inspirara, el productor Don Was le hizo escuchar la pista de voz de "Shine a Light", el clásico de Exile. "Quería que cantara con ese mismo tono", dice Was. "Es notable lo poco que le cambió la voz."
El tema es una de las diez perlitas que se podrán escuchar por primera vez en la edición de lujo de Exile, que va a salir el 17 de mayo, y que incluye además una versión remasterizada del disco original. Cuando Universal, el sello de la banda, le propuso a Jagger la idea, el cantante tenía dudas al respecto. "Me preguntaron si había temas que no hubiéramos usado, y yo les respondí: «Lo dudo mucho»", cuenta Jagger. "«Además, no me dan ganas», les dije. Pero ellos insistieron: «Por favor, ¿no podrías fijarte?»." Jagger le encargó a Was, quien desde Voodoo Lounge, de 1994, produjo todos los discos de los Stones, la tarea de bucear en cientos de horas de grabaciones. "Para un fanático de los Stones como yo, fue un festival", sigue Was. "Me la pasé encontrando sorpresa tras sorpresa."
Las grabaciones eran terriblemente caóticas, y algunas datan incluso de tiempo antes de Exile. "De repente estaba escuchando una zapada blusera, y aparecía una versión de «Wild Horses» con Mick, Keith y un cuarteto de cuerdas", recuerda Was. "Otro carrete tenía todas las tomas de «Honky Tonk Women»". Antes de seleccionar el mejor material de Exile, Was se aseguró de inventariar todas las grabaciones piratas que fue capaz de encontrar. "Hay como un mercado negro con material de Exile, y quería darles una sorpresa también a ellos -dice-. Y no sólo mejores mezclas de un material que ya conocen."
"Following the River" es la única canción que tiene voces nuevas, aunque en otras ("Pass the Wine", "Plundered My Soul", "Aladdin's Story") fue necesario grabar pistas de guitarra adicionales o introducir otras mejoras. "Cuando grabé las partes nuevas, traté de no interferir con las viejas. Grabé un par de guitarras acústicas, pero quería respetar el espíritu original de las grabaciones." No fue necesario que el bajista Bill Wyman y el baterista Charlie Watts grabaran nada nuevo, pero Was no niega los rumores de que llamaron al guitarrista Mick Taylor, que dejó el grupo en 1974, para grabar algunas pistas. "No voy a decir que es mentira", dice Was. "Simplemente no voy a negar ni afirmar que ocurrió."
Además de las canciones rescatadas, hay versiones alternativas de temas de Exile, incluyendo una primitiva grabación de "Tumbling Dice", que tiene una letra diferente, y una versión de 1969 de "Loving Cup". "Es muy funky y cruda", cuenta Was. "En general, tomaron las decisiones correctas en el disco original, pero a lo mejor tendrían que haber usado esta versión."
La mayor parte del disco se grabó en el verano de 1971, en el sótano de Villa Nellcôte, una mansión que alquilaba Keith Richards en el sur de Francia. La banda había salido corriendo de Inglaterra para eludir las exorbitantes cargas impositivas británicas. "Nos sentíamos exiliados", dice Richards. "No encontrábamos un estudio en Francia que valiera la pena, y yo tenía esta casa enorme y un estudio de grabación móvil en un camión. Una vez que nos instalamos en el sótano, era imposible sacarme de ahí. Fue una manera muy distinta de grabar. Quizás sea por el cemento o por la tierra, pero tiene un sonido que es imposible de reproducir, aunque uno lo intente."
Cuando Was se puso a investigar las grabaciones, le sorprendió descubrir que las sesiones, que según la leyenda habían sido caóticas y llenas de drogas, hubieran producido tanta buena música. "Lo que cuenta la leyenda puede o no ser verdad, pero cuando bajaban al sótano a grabar el disco, se comportaban como una excelente banda de rock & roll; eran muy profesionales", argumenta. "El mito afirma que éste es un disco desprolijo, y la verdad es que no lo es para nada. Es un disco artísticamente muy sólido." Was también disipó el mayor de los misterios que rodeaban la grabación de Exile: si el visitante frecuente Gram Parsons había participado en el disco. Dice Was: "Yo no lo escuché en ningún lado, y eso que era una de las cosas que estaba buscando deliberadamente".
Un nuevo documental sobre la grabación del disco, Stones in Exile, saldrá al aire en breve, acompañando el relanzamiento. "Es en su mayor parte material de archivo", dice Jagger. "Hay cosas de [el documental nunca exhibido de 1972] Cocksucker Blues, un montón de voces superpuestas y algunas entrevistas actuales con nosotros, pero mayormente son cosas de esa época." Richards acaba de verlo por primera vez: "No sabía que había tanto material", afirma. "Fue una revelación para mí, tanto como para cualquiera."
¿Cómo siguen las cosas para los Stones? Richards asegura que está empezando a componer canciones, pero que "no hay planes definidos" para sacar un disco. Aunque dispara: "No me sorprendería si hiciéramos algo para fines de este año". Mientras tanto, está trabajando en unas memorias que van a salir en octubre, y Johnny Depp empezó a filmar hace poco un documental sobre el guitarrista. "La película cuenta la historia de mi vida, el pacto con el diablo y todo eso", cuenta Richards. "Es tan agradable charlar con Johnny que todo es facilísimo de hacer." Cuando se le pregunta por los recientes rumores que afirman que ha dejado la bebida, Richards se ríe. "Escuchame, los rumores sobre mis sobriedad son muy exagerados", termina. "Mejor dejémoslo ahí.".
El video del nuevo tema
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