Michael Lang todavia recuerda lo que fue, hace cuarenta años, planear y organizar el festival más icónico de la historia del rock. Como cuenta en sus nuevas memorias, The Road to Woodstock: From the Man Behind the Legendary Festival, Lang, que ahora tiene 64, se encontró con un curioso y evasivo Bob Dylan (que finalmente no tocó), le rogó a Richie Havens que abriera los tres días y le pagó 100 dólares por semana a una mujer para que prendiera incienso en las oficinas de la organización. Lang también recuerda cómo las tensiones fueron creciendo entre él y sus socios (Joel Rosenman, John Roberts y Artie Kornfeld) y cómo discutió con los representantes de Jimi Hendrix, que le pidieron 30 mil dólares, el cachet más caro del festival. ¿Y el medio kilo de cocaína que fue donado al equipo técnico la primera mañana? Sí, Lang lo recuerda. "No, eso no fue filmado", dice ahora, riendo.
Pero Lang, que después de Woodstock dirigió un pequeño sello discográfico, organizó los Woodstock de 1994 y 1999, y hoy opera una productora de cine y eventos, se había olvidado totalmente de otros momentos clave, que sólo volvieron a su cabeza cuando él y la coautora Holly George-Warren comenzaron el proceso de escribir el libro, que duró dos años. Lang se había olvidado que Jim Morrison había declinado su invitación por miedo a ser asesinado en el escenario, y que los Moody Blues se bajaron a último momento porque estaban teniendo problemas para terminar su quinto disco. En su oficina de Woodstock, Nueva York, Lang encontró una carta del sello de los Beatles, Apple Corps, informándole que John Lennon no podía ir al festival a causa de un arresto por drogas de 1968 que le impedía pisar Estados Unidos. Como reemplazo lo llamaron a James Taylor.
Si bien en 1979 colaboró en un libro lleno de fotos sobre el festival, Lang evitó rememorar durante cuarenta años: "Me obligué a dejarlo de lado. Si no lo guardás, puede dominar lo que hacés de tu vida". Pero Lang quería dar su opinión. Para refrescarle la memoria, la ex editora de Rolling Stone George-Warren y él se apoyaron en entrevistas con músicos y colegas, y en documentación de sus archivos; las cintas de audio del festival sirvieron para confirmar, por ejemplo, quién tocó en qué momento.
Pero Lang, que después de Woodstock dirigió un pequeño sello discográfico, organizó los Woodstock de 1994 y 1999, y hoy opera una productora de cine y eventos, se había olvidado totalmente de otros momentos clave, que sólo volvieron a su cabeza cuando él y la coautora Holly George-Warren comenzaron el proceso de escribir el libro, que duró dos años. Lang se había olvidado que Jim Morrison había declinado su invitación por miedo a ser asesinado en el escenario, y que los Moody Blues se bajaron a último momento porque estaban teniendo problemas para terminar su quinto disco. En su oficina de Woodstock, Nueva York, Lang encontró una carta del sello de los Beatles, Apple Corps, informándole que John Lennon no podía ir al festival a causa de un arresto por drogas de 1968 que le impedía pisar Estados Unidos. Como reemplazo lo llamaron a James Taylor.
Si bien en 1979 colaboró en un libro lleno de fotos sobre el festival, Lang evitó rememorar durante cuarenta años: "Me obligué a dejarlo de lado. Si no lo guardás, puede dominar lo que hacés de tu vida". Pero Lang quería dar su opinión. Para refrescarle la memoria, la ex editora de Rolling Stone George-Warren y él se apoyaron en entrevistas con músicos y colegas, y en documentación de sus archivos; las cintas de audio del festival sirvieron para confirmar, por ejemplo, quién tocó en qué momento.
1 comentario:
Impresionanate !!! Cómo me hubiera gustado estar ahí !!! Yo vi el video, pero no termino de imaginar lo que sintieron esos pibes !!!
Besitos y bendiciones !
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